“It would certainly be a different world — it might be a world of perhaps higher inflation, perhaps lower productivity, but more resilient, more robust supply chains”
´´Ciertamente
sería un mundo diferente. Podría ser un mundo quizás de mayor inflación, quizás
menos productividad, pero mas resiliente, cadenas de suministro mas robustas´´
Jerome
Powell Presidente de la Reserva Federal sobre un posible alejamiento de la
globalización
La apertura
de fronteras que ha hecho posible un flujo de bienes y servicios estable, así
como una baja de precios durante las últimas décadas parece tomar un rumbo
contrario. El largo período de abundancia y variedad gracias al comercio y la
globalización es un debate en muchos sectores. La guerra y la disrupción de las
cadenas de suministro podrían llevar a una reconfiguración de la producción en
el mundo, en el sentido de que la fabricación ’’offshore’’ (en el extranjero) terminaría en razón a la
inestabilidad política reinante.
Comenzando
en 1995 los bienes durables como vehículos y electrónicos mantuvieron la
inflación bajo control gracias al desarrollo de nuevas tecnologías y a las
economías de escala. Otros productos de gran demanda como vestuario, juguetería
y muebles concentraron su elaboración en países donde la mano de obra ha sido
un factor de estabilidad. La pandemia hace trizas las cadenas de suministro,
los costos de embarque se disparan y el mundo se enfrenta a unos aumentos de
precios sin precedentes.
La agresión
rusa contra Ucrania y las sanciones impuestas cambió drásticamente la salida de
cereales, bienes intermedios necesarios para el ensamblaje de automotores
(Ucrania es un centro de producción de cableados eléctricos), petróleo y
derivados entre otros bienes requeridos para la integración global. Estas
alteraciones llegan en un momento de recuperación de las economías y serán un
motivo adicional con el que tendrán que lidiar las autoridades de los bancos
centrales en su combate inflacionario. Hay incluso quienes se atreven a predecir
un escenario de hambruna generalizada en países de África y Latinoamérica.
La Reserva
Federal dio un paso esta semana subiendo los tipos de interés en medio punto
porcentual en su propósito, para algunos tardío, de atacar la inflación que ha
subido a su máximo histórico en 4 décadas. Ese incremento es el más alto desde
2000, lo que ha impulsado a Inglaterra y otros a seguir el ejemplo. La política
de la autoridad monetaria norteamericana hará más costosos los préstamos de
vivienda, autos y tarjetas de crédito y por lo tanto habrá una disminución de
la demanda. Un enfriamiento de las economías podría resultar en una recesión en
el próximo año y sería una señal contraria al impulso positivo que inició con
la moderación de la pandemia.
La invasión
rusa ha roto los lazos entre países, empresas y la gente que con la pandemia
estaban ya tensas. Un par de opiniones de personajes dedicados al manejo de
multimillonarios activos como Larry Fink de BlackRock lo resume de manera
clara:
´´La agresión rusa y la consiguiente desvinculación de la economía global va a obligar a las empresas y gobiernos a revaluar sus dependencias y a repensar su presencia en los procesos de manufactura y ensamblaje´´.
Howard
Marks de la firma de inversión Oaktree cita los riesgos de una dependencia
europea de la energía rusa y el ´´outsourcing´´ de los chips:
´´ El
reconocimiento de estos aspectos negativos de la globalización ha hecho que el
péndulo de la cadena de producción regrese a unas fuentes locales´´.
De acuerdo
con el índice que mide el número de compañías que han optado por regresar operaciones
a sus países de origen- reshoring, sigue siendo bajo teniendo en cuenta las
cifras de importación de mercancías terminadas provenientes de economías que
ofrecen bajos costos de mano de obra. Sorprende que, a excepción de México,
Latinoamérica no sea un destino atractivo para la producción manufacturera donde
los costos laborales son inferiores a los pagados en Estados Unidos y los
fletes se reducen notablemente en comparación con Oriente.
Si la
´´desglobalización´´ es una realidad, veremos índices de inflación más altos,
obligando a los bancos centrales a escoger entre mayores precios o una
actividad económica menor. Aquellas naciones que por largo tiempo se han
beneficiado de producir en el extranjero van a sufrir las consecuencias de un regreso
de operaciones a fuentes locales.
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