“But the U.S. government has a technology, called a printing
press (or, today, its electronic equivalent), that allows it to produce as many
U.S. dollars as it wishes at essentially no cost’’.
‘’Pero los Estados Unidos
tienen una tecnología llamada impresora (u hoy su equivalente electrónico), que
le permite producir cuantos dólares quiera esencialmente a ningún costo’’
Bern Bernanke expresidente
la Reserva Federal
Los primeros días
de la presidencia Biden han sorprendido hasta los más escépticos en su
intención de convertirse en un mandatario transformador. Es cierto que aún es
muy temprano para saber si su agresivo plan de gobierno será una realidad,
porque son varios proyectos de gran envergadura los que se están cocinando para
que el país no solo recupere el ritmo de la economía, que la pandemia
efectivamente pueda controlarse y que la inequidad no sea el azote de los
pobres. Lo cierto es que desde ya los analistas e historiadores comienzan a
comparar a Biden con Franklin Delano Roosevelt-FDR y Lyndon Johnson.
Roosevelt con el
New Deal propuesto en 1933 que sacó al país de la Depresión y el caos con
medidas de apoyo económico y Lyndon Johnson en la década de los 60 con su reconocido
programa la Gran Sociedad, donde el papel del gobierno fue decisivo en el
combate a la pobreza, con la creación del Medicare que otorga beneficios a los
retirados y el Medicaid que cubre la salud a los niños y con ayuda federal es manejado
por los estados. El gobierno Johnson además logró aprobar las principales leyes
protegiendo los derechos civiles.
Esos esfuerzos de
Biden por conformar la Gran Sociedad 2.0 no son nada fáciles, teniendo en
cuenta el ambiente político reinante en Washington, donde los partidos no
encuentran el consenso, convirtiéndose en oposición cualquiera sea el
presidente de turno. La bancada republicana no quiere saber nada de los proyectos
que tiene en mente Biden y los demócratas en asuntos vitales como
infraestructura, inmigración y derechos de los votantes. El partido republicano
pasa su mala hora pues el electorado mayoritariamente no importa el color, está
en sintonía con lo que Biden se propone ejecutar.
La ley estatal que
acaba de ser aprobada en el estado de Georgia por los republicanos
restringiendo el acceso de los votantes a las urnas, es una afrenta a la
democracia con la intención de hacer que las minorías negra, hispana y asiática
encuentren obstáculos a la hora de votar. Bueno es recordar que Georgia fue el
estado donde el trumpismo perdió las elecciones además de elegir a dos
senadores de filiación demócrata, en un hecho sin precedentes en más de cuatro
décadas.
Lo más
revolucionario de la agenda presidencial es que está concentrada en una
población que no vota, no opina, ni es motivo de los titulares de prensa: los
niños. Durante casi medio siglo la población de menores ha sido abandonada por
los distintos gobiernos y si el plan logra ser puesto en marcha, habrá un sistema
de cuidado infantil que les permitirá a los padres buscar trabajo sin la
preocupación de quién, cómo y dónde dejar a sus hijos. El costo de una guardería
en los Estados Unidos es prohibitivo.
Desde ya la
presidencia Biden va dejando huella en la forma como se gobierna y en el
propósito de mejorar la vida de los ciudadanos. El primer paso fue la
aprobación de la ley donde se destinan 1.9 billones dólares para combatir el
COVID, con amplias medidas para combatir la desigualdad. Cerca de tres de cada
cuatro ciudadanos aprobaba esta iniciativa. Aunque no se conocen los detalles del
segundo proyecto en ciernes, se busca modernizar la infraestructura de
carreteras, poniendo énfasis en un plan de energías limpias, siguiendo con
educación superior gratuita, así como un sistema universal de educación
preescolar. Un paquete que llegaría a los tres billones de dólares que serian
financiados con nuevos impuestos.
Si bien Biden y su
bancada se muestran decididos a hacer realidad los proyectos, el tramite debe
pasar por un congreso paritario donde se requieren 60 votos, algo por lo visto
hasta ahora un imposible. El legislativo norteamericano ha tenido unas normas y
costumbres que ya no funcionan por la polarización existente. Aunque es
prematuro pensar en la abolición de las practicas obstruccionistas que requieren
de los 60 votos para que se aprueben las iniciativas del ejecutivo, los
demócratas insisten en que con la mayoría simple basta. Un paso riesgoso cuando
se es minoría.
Al presidente Biden
lo acechan varias amenazas a su programa de gobierno. La llegada masiva de inmigrantes,
en su mayoría centroamericanos, no será algo que el país acepte y mucho menos
la oposición. Un éxodo contenido por las políticas de Trump que separó a
familias y dejó a miles estancados en México. La gran masa de indocumentados
son jóvenes y niños no acompañados que buscan llegar a los Estados Unidos en
busca de un mejor futuro. La patrulla fronteriza se ve incapaz de contener
semejante avalancha de inmigrantes y los centros de detención se asemejan a
cárceles hacinadas que no atinan a brindar condiciones dignas.
En el plano
internacional, China representa un reto enorme por su fortaleza económica e
influencia global. Beijing quiere estar al mismo nivel como potencia dentro del
plan de Xi Jinping de hacer que ese país lidere en ciencia y tecnología para
2025. En el primer encuentro entre diplomáticos en Alaska el delegado chino sin
rodeos afirmó: ‘’ los Estados Unidos ya no tienen la calificación para hablarle
a China desde una posición de fuerza’’. En palabras sencillas, ‘’ya no merecen
respeto’’.
Finalmente, la
sombra de un aumento en la inflación en razón al mayor gasto y la cantidad de
dinero en circulación sería un impuesto con incidencia negativa para la gente.
La Reserva Federal y la Tesorería por el momento descartan un alza de los precios,
pero de aprobarse el segundo paquete de medidas, el escenario tendría otro
color. Quienes en principio dudaron de las capacidades e intenciones del ‘’tío Joe’’
y su administración, tendrán que reconocerle su decisivo empeño por hacer de su
ambiciosa agenda ‘’Reconstruir Mejor’’, un gobierno de transformación en una
apuesta por la niñez, la modernización y el combate a la pobreza.