‘’Arms dealers, bankers and oil tycoons” from a certain big country (ie, America) are making “highly immoral” fortunes out of the war, while Ukraine suffers’’
‘’Los vendedores de armas, banqueros y
magnates petroleros de cierto país grande (es decir Estados Unidos) están haciendo
fortunas ‘’altamente inmorales’’ con la guerra, mientras Ucrania sufre’’
Le Yucheng Vice Ministro de
Relaciones Exteriores de China- Citado en The Economist
En su aspiración
por dominar la economía global, China se enfrenta a un complejo escenario. La
incertidumbre tiene componentes tanto internos como externos. La ambiciosa
agenda del presidente Xi Jingping de atacar la desigualdad, la sostenibilidad
ambiental y la innovación se ve interrumpida por las medidas severas contra el
mercado accionario y el peor brote del coronavirus desde 2020 que obligó a
cerrar a varias ciudades entre ellas a Shenzhen uno de los más importantes
centros industriales. En el plano externo, China podría enfrentar sanciones si
provee ayuda económica y militar a Rusia.
Al interior
de China gran parte de la incertidumbre proviene de los inversionistas que están
intentando descifrar hasta donde llegará Xi en su plan de realizar reformas de
fondo en la educación, la propiedad, el sector energético y de tecnología. El
2021 fue definido por el Partido Comunista Chino como el giro drástico hacia lo
que se ha denominado ´´ prosperidad común´´, es decir, cambios en la
distribución de la riqueza, ataque la competencia desleal y control a los excesos
en que han incurrido algunas compañías de bienes raíces. La situación de Evergrande,
el constructor más grande de China es incierto teniendo en cuenta su
endeudamiento que llega a 300 mil millones de dólares y que le ha imposibilitado
la terminación de grandes proyectos de vivienda.
La presión
regulatoria desde el centro de poder en Beijing y la desaceleración de la
actividad económica se ha ido trasladando a despidos masivos en el sector
tecnológico. Tencent Holdings operador del popular WeChat así como la
aplicación de pagos anunció la salida de miles de empleados en las unidades de
negocios más grandes. Alibaba Group Holding el gigante del comercio chino
considera recortar hasta un 20 por ciento de la plantilla en las plataformas de
consumo. Didi Global que presta el servicio de conducción a usuarios y realiza
entregas de alimentos también le dijo adiós a 2 mil empleados.
Los
recortes en las nóminas son en parte un esfuerzo de las compañías por
restructurar los negocios que son menos rentables, una tendencia que se ha
venido imponiendo en los últimos meses. La fuerza laboral de las
multinacionales chinas es enorme: Alibaba tenía hace 6 meses 259 mil empleados
en todo el mundo. Tencent alrededor de 107 mil y Didi 16 mil. El desempleo en
China que muchos creen es muy bajo o inexistente, subió a 5.5 por ciento casi
medio punto desde finales de 2021. Por su parte la desocupación juvenil pasó de
14.3 por ciento a 15.3, un fenómeno global al que China no escapa.
Por otro
lado, la evolución de precios de estos conglomerados en las bolsas internacionales
muestra un preocupante desplome en el último año. Las acciones de Alibaba han
caído un 60 por ciento, mientras que las de Tencent descendieron un 40 por
ciento. Didi que entró a la bolsa en julio con un precio de 14 dólares hoy sus
acciones se transan a un poco mas de 3 dólares. Una pérdida patrimonial en
medio de un clima para las empresas de tecnología que ha empeorado por la
posibilidad de que las acciones de empresas chinas sean sacadas de la bolsa de
Nueva York.
Además de
las dudas acerca de la dirección y velocidad con que tanto el Partido Comunista
como Xi sigan con sus reformas, surgen temores por el papel que China juegue en
el conflicto en Ucrania. Si bien Beijing se ha declarado neutral, muchos
analistas critican la negativa de condenar la invasión y coincidir con Rusia en
el veto a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Mantener los
lazos económicos con Putin podría en el corto plazo socavar la relación con sus
socios comerciales de Occidente que son de suma importancia para sus intereses.
La presunta
neutralidad choca con la actitud del gobierno chino que ha impulsado a los empresarios
de ese país a aprovechar las oportunidades que dejan las sanciones y ajustar ´´
su modelo de negocios para llenar los vacíos del mercado ruso´´. No pocas
empresas chinas se han mostrado renuentes a incrementar sus actividades so pena
de recibir también sanciones.
Finalmente,
China como gran importador de commodities sufrirá los efectos de los altos costos
de energía y alimentos. La pregunta es si Putin en su desespero por vender su
petróleo, gas y trigo le dará a su nuevo mejor amigo mejores precios. Los
choques que se deriven del conflicto también podrían contribuir negativamente con
un menor crecimiento de las economías, lo que se traduciría en una contracción
de la demanda de los productos chinos.