No teman al virus. No dejen que domine sus vidas
Donald Trump
Las
encuestas electorales muestran una tendencia según la opinión de los
preguntados y si bien ha habido pifias los resultados finales han confirmado las
proyecciones. Es lo que está ocurriendo en los Estados Unidos donde las
principales firmas encuestadoras le asignan una considerable ventaja al
aspirante demócrata Joe Biden en aquellos estados donde gracias al colegio
electoral se define la presidencia. Son esos sondeos confiables?
Para
comenzar, es necesario explicar en qué consiste el colegio electoral, determinante
de quien gana la presidencia. Mientras que el voto popular define la elección de
miembros del congreso, gobernadores, alcaldes y legisladores estatales, no
ocurre lo mismo con el presidente. Los votantes al ejercer su derecho lo están haciendo
por una lista de delegados designada por los partidos, que al final se comprometen
a apoyar al candidato presidencial, aunque ha habido casos donde se han apartado
de los resultados.
Lo anterior
nos lleva a concentrar la atención en los estados clave donde la votación será la
que defina el ganador. El colegio electoral se compone de 538 delegados
discriminados por 435 representantes, 100 senadores (2 por cada estado) y 3
electores que salen de la capital Washington DC. Quien alcance la cifra mágica de
270 o más delegados logra la presidencia. A su vez, el número de delegados al colegio
electoral se fija apelando a la población de cada estado. Así, los 6 estados
con mayor cantidad son en su orden California con 55, Texas con 38, Nueva York
y Florida cada uno con 29 e Illinois y Pensilvania con 20.
Las
preferencias electorales en las últimas décadas muestran una clara tendencia
hacia los demócratas en ambas costas, con la excepción de Florida que en los recientes
comicios ha favorecido por un escaso margen a candidatos republicanos y el
centro y sur del país para estos últimos. Puede un presidente perder el voto popular
y aun así ganar la elección?
La
respuesta es SI. En 2016 Donald Trump perdió el voto popular por casi 3
millones de votos que favorecieron a Hillary Clinton, pero contó con el apoyo
del 57 por ciento de los delegados electorales. Algo similar ocurrió en las
elecciones del ano 2000 cuando Al Gore perdió por 500 votos el estado de Florida
con George Bush hijo, no obstante haber conseguido la mayoría del voto popular.
De ahí que todos los esfuerzos estén dirigidos a unos pocos centros de votación
donde con seguridad se va a definir la presidencia.
Contrario a
lo ocurrido en el pasado, Trump logró lo impensable en 2016: voltear a su favor
una mayoría en los que antes habían sido bastiones demócratas y votado por
Obama en estados como Michigan, Wisconsin y Pensilvania. Si las encuestas
resultan ciertas, todo indica que todos se inclinan ahora por el candidato demócrata
Joe Biden asegurándole la presidencia.
Por otro
lado, Trump no puede darse el lujo de perder Florida, un estado que le fue
favorable en 2016, pero que según los pronósticos le son esquivos en esta ocasión.
La explicación que mas se aproxima a la realidad es el descontento de la población
de adultos mayores, precisamente porque la pandemia ha golpeado con gran fuerza
a un grupo que en el pasado sirvió de soporte a su candidatura. Sorprende la
fortaleza que tiene Trump con que ciertos grupos de inmigrantes, en particular del
sur de Florida, que podrían terminar dándole el triunfo en ese importante
estado.
EL
presidente candidato luego del desastroso manejo del contagio del Covid19 y contrariando
las recomendaciones de los médicos de la Casa Blanca que mas parecen unos invitados
de piedra, ahora no solo se arriesga, sino que pone en peligro la salud de
miles de seguidores con su inexplicable obstinación de volver a la campana en
sitios públicos, en lo que se interpreta como un intento desesperado por
recuperar terreno. Muy seguramente los electores independientes y quienes se
dicen llamar republicanos anti-Trump, le querrán cobrar votando en su contra esta
irresponsable actitud que ha dejado tantas víctimas y destrucción de la economía.
Hay que
repetirlo, si los sondeos son confiables estamos frente a una contundente
derrota del presidente, lo que despejaría las dudas de un fraude masivo como lo
ha venido promoviendo desde hace unos meses. Igualmente, el congreso terminaría
en manos de los demócratas quienes con seguridad en respuesta a los tantos
excesos partidistas del líder republicano Mitch McConnell seguirán el mismo
camino, haciendo más profunda la polarización existente.
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