“Now this is not the end. It is not even the beginning of the end. But it is, perhaps, the end of the beginning.”
Ya esto no
es el fin. Ni siquiera el comienzo del fin, sino quizás el fin del comienzo´´
Winston Churchill, noviembre 10, 1942
Mientras el
conteo de votos aún no termina en varios estados clave para determinar el
control del congreso norteamericano, la muy segura marea roja de los
republicanos fue más ilusión que realidad. Como en todas las elecciones, la
interpretación de los resultados va desde los señalamientos hasta aquellos que
no pierden la oportunidad de justificar lo sucedido. La principal conclusión es
que la ´´fiebre trumpista´´ cedió a los intentos de su promotor, intentando
sembrar dudas sobre la transparencia de los comicios apelando a las mentiras y
falsas elucubraciones hasta poniendo en peligro los cimientos de la democracia.
Por el lado
de la izquierda demócrata hubo quienes ingenuamente arroparon ideas socialistas,
intentaron reducir los presupuestos de la policía y acabar con la protección de
la frontera. La respuesta fue un contundente no entre los votantes. Estos han sabido distinguir entre candidatos
buenos y aquellos que representan el no futuro democrático. Esta contienda marca
el momento de dejar atrás el populismo histriónico en ambos partidos. Las
elecciones demuestran que el electorado una vez más gira al centro alejado de
los extremos. El proceso electoral ha salido favorecido para bien de la
democracia.
Una inmensa
mayoría rechazó a los candidatos del movimiento MAGA (Make America Great Again)
a la cabeza del egocéntrico expresidente lo que muy seguramente le va a costar
el senado. Elon Musk olvidando sus raíces pasó de empresario e innovador
exitoso a promotor sin razón del partido republicano. Inexplicable que Twitter
sea aprovechado por su nuevo dueño para que la plataforma de millones de
usuarios se preste al servicio de la derecha vergonzante. Ello explica la
desbandada de anunciantes y gente que masivamente se aleja de Twitter.
Los
principales medios conservadores de los Estados Unidos culpan a Donald Trump
por la que consideran debacle electoral apoyando a personajes extremos que en
su mayoría salieron quemados. La sorpresa que no lo es tanto es el resultado en
Florida donde el gobernador Ron DeSantis arrasó con su contrincante y por primera
vez en mucho tiempo el otrora bastión demócrata, el condado que circunda a Miami,
votó a favor de los republicanos con un decisivo apoyo de la comunidad hispana.
DeSantis según los analistas podría ser un fuerte aspirante a la presidencia en
las elecciones de 2024.
Cómo
explicar además que no obstante Biden siendo el más impopular de los
presidentes de los últimos tiempos y unos índices de inflación por las nubes,
los electores no castigaron a su partido? Históricamente, quien ostenta el
poder pierde escaños en las elecciones de mitad de período. En esta ocasión decisiones
de la Corte Suprema reversando la ley sobre la libertad del aborto más los
riesgos de que la democracia estuviera en peligro, han sido elementos decisivos
para que el voto popular se movilizara en favor de los derechos de la mujer y
la independencia de los poderes.
Lo anterior
dio pie para explicar la mayor participación electoral en unas elecciones de mitad
de mandato en la que los jóvenes y las mujeres fueron la nota más destacada. Al
parecer a la nueva generación poco le importan los asuntos económicos
tradicionales siendo la autonomía personal y los valores sociales las prioridades.
Los
siguientes 2 años de gobierno van a transcurrir en medio de un legislativo con
una Cámara de Representantes dominada por los republicanos y muy seguramente
será la misma polarización y división, en donde esa minoría abyecta a Trump en
el congreso seguirá siendo la piedra en el zapato en cualquier intento por
alcanzar un consenso. Por el momento el país ha dado una lección de civismo y
rechazo a los intentos por subvertir las tradiciones democráticas.
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