“The reason I acquired Twitter is because it is important to the future of civilization to have a common digital town square, where a wide range of beliefs can be debated in a healthy manner, without resorting to violence.”
‘’La razón
por la que adquirí a Twitter es porque es importante para el futuro de la
civilización tener una plaza digital donde un amplio rango de creencias pueda
ser debatido de una manera saludable, sin recurrir a la violencia’’
Elon Musk
El tablero
noticioso tiene como principal protagonista al multimillonario Elon Musk con la
compra de la red social Twitter y los anuncios de despidos masivos, el futuro
la libre expresión, el cobro por su uso y lo que significa manipular la opinión
gracias al poder económico de un individuo. Twitter es la plataforma de
millones de usuarios donde desde el más famoso hasta un total desconocido opinan
de lo divino y humano. Es la forma de comunicar mensajes e interactuar en un
rango máximo de 140 caracteres. Ello ha hecho posible que los tuiteros acumulen
seguidores al tiempo que se potencializan las marcas y los negocios.
Hasta ahí
todo bien. La llegada de Musk debiendo pagar 44 mil millones de dólares por su
deseo de ampliar su influencia lo obligó a vender parte de su portafolio de
Tesla la joya de la corona y endeudarse. Seguidamente se anuncia un despido
masivo sin precedentes cuestionado por su legalidad después de disolver la Junta
de Directores y mandar a la calle al grupo de dirección. Los tuits de Musk una
vez tomó las riendas del nuevo juguete dan algunas luces de la forma como va a
operar la compañía, quién es aceptado y qué es admitido en la plataforma.
Musk se
encuentra con una organización que depende fundamentalmente de la publicidad y
lo que se llama una membresía ‘’blue’’ a un costo de 5 dólares por mes que
permite el proceso de verificación del usuario y quien tuitea sea la persona y
no un impostor. Los ingresos por este concepto no son significativos pues tan
solo cerca de 400 mil tuiteros son ‘’blue’’. Se propone subir el costo a 8 dólares.
Los anunciantes han tomado la presencia de Musk con recelo e importantes empresas
suspendieron la publicidad lo que agrava la estabilidad financiera de Twitter.
Si bien no
se puede descartar la forma brillante como Musk alcanzó el éxito con sus
emprendimientos, Twitter no es Tesla ni Space X que tienen un producto elaborado
de gran sofisticación y aporte a sus estados financieros. Todo indica que es
necesario replantear la ineficiente estructura y exagerada burocracia de
Twitter. Musk está empeñado en dejar una impronta donde los resultados y la
efectividad están por encima de todo. Su personalidad egocéntrica y mercurial se
pondrán a prueba con los cambios de contenido, orientación e ideología.
Musk
cuentan los expertos, le ha exigido a los ingenieros y empleados a hacer
cambios rápidos al producto y trabajar en códigos que soportan la plataforma bajo
la amenaza de ser despedidos. El resultado ha sido una organización presa del miedo
y la presión. Es de anotar que Twitter emplea no se sabe cuántos ingenieros con
visas de trabajo que, de cancelarse su vinculación laboral deberán abandonar
los Estados Unidos en 60 días. Un caos total donde el nuevo dueño impone las
condiciones y eso desde siempre define su estilo gerencial.
Finalmente,
Elon Musk no ha sido ajeno a sus preferencias políticas y de alguna manera
profundizar ciertas posiciones extremas. Luego del atentado al esposo de la
presidenta de la Cámara Nancy Pelos, Musk promovió la teoría conspirativa sobre
el origen y los motivos, provocando una reacción que lo obligó a borrar lo
escrito.La moderación de los contenidos podría estar en peligro con el anuncio
que se abre la posibilidad de reintegrar a personajes que promueven la
animosidad y desinformación.
Twitter
como plataforma global es el sitio donde celebridades, incluyendo al propio
Musk y otros les llegan a millones, donde muchos acosan a otros por sus ideas y
posiciones y donde los malos actores, entre ellos extremistas, terroristas y
hasta agencias de inteligencia plantan desinformación y siembran el odio y la
violencia. Difícil que Musk logre cambiar el estatus quo.
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