‘’ Hurricane is on the way. You better brace yourself’’
‘’ El huracán está en
camino. Es mejor que se agarre’’
Jamie Dimon
El mundo enfrenta una serie de amenazas y cambios estructurales como
nunca en la historia reciente. Vivíamos
una paz global con relativa estabilidad, un crecimiento sostenido de las
economías y unos mercados de bienes y servicios impulsados por la innovación y
conectividad. Hasta que llegó la pandemia y la disrupción tocó a todos. Cuando se
pensaba que salíamos del atolladero, apareció Vladimir Putin con sus ansias imperiales
e invadió a Ucrania.
Los expertos afirman que el conflicto está lejos de solucionarse
mientras los demás países soportan con impotencia las consecuencias de unos
índices de inflación al alza, un mapa geopolítico que busca reacomodarse y los
Estados Unidos sin intervenir directamente, le apuesta con una ayuda sin
precedentes que ya supera los 53 mil millones de dólares, la mitad de los
cuales son recursos para la guerra: armamento, equipo y apoyo logístico.
Vamos por partes. La inflación mundial es una realidad debido a 3
factores fundamentales: los precios del petróleo que alcanzan niveles sin
precedentes como resultado de las sanciones a Rusia de modo que no exporte el
crudo y a que es un commodity que se negocia en los mercados globales. El
cartel de la OPEC por su parte decide unilateralmente abrir o cerrar la llave de
suministro lo que ata las manos de los gobiernos.
Europa ha sufrido con mayor rigor el embargo al petróleo ruso al igual
que la reducción del suministro de gas, cuya dependencia de Rusia es vital. Lo
anterior le da un golpe inesperado a la economía global produciendo un realineamiento
del comercio de la energía que deja a Rusia económicamente débil y le da a
China e India un poder de negociación que enriquece aun más a los países socios
del cartel petrolero. Es preciso destacar que el Kremlin anda de feria
ofreciendo descuentos a China y a India que dispone varias refinerías de gran tamaño
para procesar diesel y otros combustibles de alta demanda.
Un segundo factor tiene que ver con las cadenas de suministros que vuelven
a estar interrumpidas afectando la oferta de productos. Cuando todo parecía ir
camino a la normalidad, el gobierno chino obliga a un cierre draconiano de
ciudades como Shanghai y otras regiones que agrupan a millones de habitantes, además
de servir de centros de producción y despacho.
Ucrania entra a ser el tercer factor de alteración del comercio de cereales
que llegan a suplir la oferta de alimentos en regiones donde hoy comienza a vivirse
una hambruna de proporciones lamentables. Millones de toneladas de trigo y
granos están atascados en puertos del Mar Negro por el bloqueo que ejercen las
fuerzas rusas. Ataques permanentes a los puertos ucranianos mediante la colocación
de minas en las aguas que rodean las zonas de embarque.
Para la firma Wood Mackenzie especializada en commodities ‘’si el Covid resaltó
la necesidad de acortar las cadenas de suministro, la guerra en Ucrania hace
prioritario la importancia de tener socios comerciales confiables’’. Lo
anterior significa otro realineamiento de bloques comerciales más afines en sus
propósitos tal y como se han reactivado los lazos entre la Unión Europea, Estados
Unidos y otros aliados de Asia.
Jamie Dimon, CEO de JPMorgan Bank fue quien hizo un símil prediciendo un
‘’huracán’’ por las razones expuestas arriba además del anuncio de la Reserva
Federal que ha comenzado a subir las tasas de interés con un impacto sobre la
economía norteamericana que se verá reflejado a otros bancos centrales. Y ha
ido más allá afirmando que el precio del barril de petróleo podría llegar hasta
niveles de 150 a 175 dólares, algo que podría desencadenar ya no una tormenta
tropical sino un sunami.
New York Times
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