‘’After years of fluctuating around
targets, inflation in Latin America’s largest economies is the highest it’s
been in 15 years, having suffered two major shocks: the impact of the pandemic,
and of the Russia-Ukraine war’’.
Despues de
fluctuar alrededor de las metas, la inflación en las economías más grandes de LA
es la más alta de los últimos 15 años, habiendo sufrido dos graves impactos: la
pandemia y la guerra Rusia-Ucrania
La conversación de los
analistas en las últimas semanas vuelve a concentrarse en los altos índices de
inflación en todo el mundo. Particularmente, en los Estados Unidos la cifra de
marzo escandalizó a sus ciudadanos con un aumento del 8.5 por ciento, la más
alta en 4 décadas. El costo de los combustibles para una economía que no ofrece
subsidios como la norteamericana incide no solo en los bolsillos, sino que los
salarios que habían tenido un incremento por encima de la inflación ahora han
perdido su capacidad de compra. Los elementos esenciales de la canasta familiar
como la carne, huevos y víveres están afectando los presupuestos de las
familias.
A la pandemia y la guerra
se les puede atribuir el alto costo de vida. No sobra repetir que el Covid
alteró las cadenas de suministro y que el conflicto ha impedido un acopio adecuado
de bienes agrícolas tan importantes de la despensa europea como lo es Ucrania
hacia el resto del planeta. Lo mismo puede decirse de los fertilizantes, materias
primas tan esenciales para el sector agrícola. Para esta misma época del 2015, en
una columna Titulada ‘’Pausa en la Economía Norteamericana’’ indicaba lo
siguiente:
Con una
caída en los precios de la gasolina se esperaba un impulso de la actividad económica
teniendo en cuenta la mayor disponibilidad de ingresos. La realidad ha mostrado
que la gente decidió ahorrar en lugar de gastar. Algo positivo para los hogares,
pero negativo para el aparato productivo.
Quien iba a pensar que semejante quiebre de la
normalidad iría a llevarnos a este estado de cosas? Y más adelante agregué:
Mientras tanto, la poderosa Reserva Federal encuentra
motivos suficientes para abstenerse de subir las tasas de interés que han estado
cerca de cero por mucho tiempo, una política que muchos le dan crédito para que
el mercado accionario haya alcanzado niveles altos y para que la recuperación
sea una realidad indiscutible.
Hoy los países
a través de sus bancos centrales atraviesan un dilema muy complejo. O suben las
tasas de interés, la fórmula ortodoxa recomendada por los economistas para bajar
la demanda y aplacar los ímpetus inflacionarios y enfrentarse a una posible recesión
que golpearía el empleo y crecimiento o lo que aquellos llaman una ‘’espiral
salarios-precios’’ experimentada en los años 70 cuando la gente ante una alta inflación
demandaba remuneraciones mayores.
Unas tasas de interés
al alza no son una buena noticia. Para el sector productivo, el costo del
dinero se encarece lo que se traduce en una menor inversión y para el resto,
los préstamos hipotecarios, tarjetas de crédito y automóviles igual. Quien
aspire a una hipoteca en Estados Unidos deberá pagar una tasa del 5 por ciento,
algo no visto desde 2011. El resultado final será un menor consumo. La era del
dinero barato es historia.
De acuerdo con el Fondo
Monetario Internacional en un documento de esta semana (https://www.imf.org/en/News/Articles/2022/04/15/cf-latin-america-hit-by-one-inflationary-shock-on-top-of-another),
en las 5 principales economías de América Latina- Brasil, México, Chile, Colombia
y Perú, la inflación se ha acelerado por las mismas razones: alza en los
alimentos, en los precios de la energía y por los contratos salariales atados al
costo de vida. De acuerdo con los cálculos de ese organismo, la combinación de
un aumento del 10 por ciento de los alimentos y el petróleo a escala global, el
efecto final sería de 1.1 por ciento adicional en el índice de precios en la
región.
La mayoría de la opinión
es que una vez se normalice el suministro de bienes junto con un incremento
moderado de las tasas, no se ven señales de una recesión en el corto plazo. La
fortaleza de la economía norteamericana aunado a las utilidades corporativas
más los ahorros del público recibido durante la pandemia, se tiene un colchón
saludable para soportar el menor crecimiento.
Un escenario diferente es
el que enfrenta la región latina donde la erosión de los salarios se siente con
mucho mayor fuerza teniendo en cuenta que gran parte de la población es de
escasos recursos gastando una proporción elevada de sus ingresos en los
alimentos. Además, los gobiernos fueron obligados a destinar recursos vía endeudamiento
para los más vulnerables, dejando muy poco margen de maniobra en los frentes fiscal
y monetario.
Inflación del Indice de Precios
LA5 son las
5 economías representadas en el gráfico
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