‘’In 2018 remittances from the United States to the Northern Triangle region exceeded $19 billion, accounting for 22 percent of gross domestic product in El Salvador, 20 percent in Honduras and 12 percent in Guatemala’’.
‘’En 2018 las remesas
desde los Estados Unidos al Triángulo del Norte superaron los 19 millones de
dólares, equivalente al 21 por ciento del producto bruto de El Salvador, 20 por
ciento en Honduras y 12 por ciento en Guatemala’’.
A medida
que van pasando los peores días de la pandemia, la economía norteamericana ve
un nuevo amanecer a favor de los trabajadores. Por primera vez en varias
décadas, los salarios están al alza y paradójicamente la oferta de empleos
supera a la demanda. La apertura de sectores que por meses estuvieron
paralizados como restaurantes, hotelería y entretenimiento no encuentran como suplir
las vacantes necesarias para operar. Con cierta razón, se culpa a las ayudas que
semanalmente reciben los desempleados que prefieren quedarse en casa es casi
igual a lo que reciben por auxilios.
Mucho se ha
escrito de como la pandemia ha sido un factor que alteró la forma de vivir,
trabajar y ver lo esencial. Hubo quienes aprovecharon la oportunidad para
prepararse y emprender otros caminos. Una cifra que deslumbra por su tamaño
indica que en 2020 se crearon 4.4 millones de negocios o empresas, un dinamismo
empresarial que nadie esperaba. Durante los primeros 3 meses de este año los
emprendimientos o start ups nuevos sumaron 69 mil millones de dólares, un 41
por ciento más comparado con 2019.
Además, luego
de décadas de consumo exagerado, quizás por el encierro los norteamericanos decidieron
cambiar de paradigma y dedicar una mayor proporción de sus ingresos al ahorro,
lo que permitió bajar el endeudamiento de los hogares y prepararse para un boom
de consumo. Pero sin duda el mayor cambio es el mental. El mundo entero
entendió que la vida es corta y luego de que la pandemia nos hizo más lentos y
pausados, entendemos que hay valores que no tienen precio como la cercanía con
la familia, la educación de los hijos y el respeto por la naturaleza. Un
equilibrio entre el trabajo y el entorno doméstico.
Pero
volviendo a lo que está ocurriendo con el empleo y la fuerza laboral, este
renacer económico está igualmente presentando un giro hacia el empoderamiento
de los trabajadores. La tasa de rotación laboral no tiene precedentes. La
relación entre el número de personas desempleadas por cada empleo disponible cayó
de 5 a 1.2 de marzo de 2020 a abril de 2021. El sector productivo necesita
desesperadamente encontrar trabajadores. Lo anterior ha obligado a los
empresarios de ciertos sectores a ofrecer mejores salarios y beneficios.
Lo que nos
lleva a entender la dinámica y fortaleza de la fuerza laboral hispana en los
Estados Unidos que desafortunadamente tiene muy poco poder de negociación en
razón al estatus migratorio de muchos, pero que al final se beneficia de la
tendencia alcista de los salarios. Un aumento de la remuneración se refleja en
las remesas que los inmigrantes giran a sus países de origen y que son cruciales
para los hogares vulnerables ya que completan los ingresos laborales y sirven
para suplir las necesidades básicas.
De todos es
conocido que la migración centroamericana con todos sus riesgos y dificultades
es un alivio para las familias del denominado Triángulo del Norte, es decir,
Honduras, Guatemala y El Salvador. Dos tercios de todos los inmigrantes
provienen de Centro América y el Caribe. Si bien el nivel escolar de la mayoría
no les permite aspirar a trabajos de calidad, su incidencia es enorme para
actividades económicas como la industria de preparación de alimentos, construcción,
agrícola y labores domésticas.
Según un
estudio del BID, se benefician de las remesas internacionales 1 de cada 5
salvadoreños, 1 de cada 10 guatemaltecos y 1 de cada 6 hondureños. De hecho,
las remesas representan el 38%, 44% y 50% de los ingresos de las familias
receptoras en Honduras, Guatemala y El Salvador respectivamente. Alrededor del
80% de los beneficiarios de las remesas son hogares pobres (menos de US$4 por
día ) o vulnerables (entre US$4 ‐ 10 dólares por
día).
Los
desafíos que nos puso en frente la pandemia han hecho posible una ola de
innovación, un movimiento hacia zonas por fuera de las ciudades y un aumento de
la productividad. Los inmigrantes irremediablemente aportan su grano de arena y
dejarlos por fuera sería un error que podría costarle al momento que atraviesa
la economía.
Remesas a
Latinoamérica y el Caribe- Crecimiento-Porcentaje del PB
No comments:
Post a Comment