'' El asesinato de nuestros cientificos nucleares es una clara y violenta guerra contra nuestra posibilidad de lograr una ciencia moderna''
Un episodio
de ciencia ficción. Así debería describirse el asesinato del científico iraní
responsable de del programa nuclear. Se dice que el operativo que acabó con su
vida fue realizado mediante una ametralladora autónoma desarrollada por la
firma israelí Rafael Advanced Systems que incorpora un sistema óptico que
apunta y toma fotografías. Su nombre en hebreo significa ‘’usted ve usted
dispara. No hay duda de que el gobierno de Benjamin Netanyahu está detrás de la
muerte de Mohsen Fakhrizadeh
declarado enemigo número uno, capaz de construir un arma que podría poner en
peligro la seguridad de Israel.
A Israel a través de su aparato espía, el Mossad, se
le relaciona con media docena de ejecuciones de científicos iraníes entre 2010
y 2012 vinculados al programa nuclear, como respuesta al fracaso de
negociaciones multilaterales dirigidas a frenar las aspiraciones nucleares. También
se le acusa de varios atentados con drones realizados por rebeldes Hutus que
impactaron el corazón de la industria petrolera en Arabia Saudita desde Yemen.
Irán se ha
convertido en una amenaza real no solo para sus vecinos sino para el resto del
mundo. Su poder se extiende por el mundo árabe como proveedor de armas y apoyo
a Hamas, Hezbola y otros grupos terroristas. El gobierno Trump ha logrado
romper la tenaza árabe contra Israel con la firma de acuerdos con los Emiratos
y Bahréin, algo impensable hace unos años. No es raro que la cercanía con
Arabia Saudita produzca igual fruto. Muchos se preguntan si la reciente reunión
entre Netanyahu, el príncipe Mohammed Bin Salman y el secretario de estado Mike
Pompeo en Riad tenga alguna relación con el atentado a Fakhrizadeh.
El acuerdo
firmado por el gobierno Obama y varios países europeos limitando la producción
de uranio enriquecido y así impedir que se llegue a un arma nuclear fue
desconocido unilateralmente por la administración Trump, abandonando a los
aliados firmantes a su propia suerte. La política de ‘’máxima presión ‘’
profundizando las sanciones económicas ha dejado a Irán por fuera del sistema
financiero internacional y aislado del mundo de los negocios.
Mientras
tanto, internamente Irán se encuentra en medio de dos fuegos: los de la línea
dura que piden responder a Israel con fuerza utilizando a Hamas o la Yihad islámica
palestina. Asimismo, este miércoles el parlamento aprobó una resolución exigiéndole
al gobierno elevar los niveles de uranio enriquecido al 20 por ciento y
limitando el acceso de inspectores de la ONU a los campos nucleares.
El otro
bando compuesto por figuras más moderadas en cabeza del presidente Rouhani,
argumenta que el paso a hacia un avance del programa nuclear sería motivo para
que Trump e Israel emprendan acciones militares adicionales. Insisten en que es
necesario priorizar la remoción de sanciones luego de que Joe Biden asuma la
presidencia.
De otro
lado, los líderes europeos que representan a los países que todavía hacen parte
del acuerdo (Rusia, Alemania, Reino Unido y Francia) sostendrán conversaciones
en Viena con su contraparte iraní en las próximas semanas, para discutir las
opciones que quedan buscando preservar lo acordado y que Irán regrese a la mesa
comprometido plenamente con las exigencias.
Finalmente,
Biden ha sido enfático en que los recientes hechos de violencia contra
funcionarios iraníes podrían complicar las negociaciones y criticó a Trump por
haberse retirado del acuerdo. De todas maneras, reafirmó su deseo de reincorporarse
a las negociaciones siempre y cuando abandonen el programa nuclear ampliado.
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