‘’Senate Republicans say that Ron DeSantis, Greg
Abbott and Arizona Gov. Doug Ducey are justified in shipping migrants to Blue
States’’.
‘’Los
senadores republicanos afirman que los gobernadores Ron DeSantis, Greg Abbott y
Doug Ducey tienen razón en enviar migrantes a los estados demócratas’’.
Político (sitio
web) septiembre 16
La escena
es similar en Europa, Centro América y los Estados Unidos. Cientos de miles de
inmigrantes buscando un mejor futuro con la incertidumbre y el desespero de no
tener nada más que un morral o bolsa con unas pocas pertenencias. Muchos mal llamados
gobernantes demuestran su menosprecio por el apátrida, el vulnerable, convirtiéndose
ellos mismos en traficantes con sus actuaciones. Explotar el dolor ajeno con
fines políticos es una crueldad que debe merecer el rechazo de todos. Una
situación que se repite en Hungría, Inglaterra y ahora otra vez en los Estados
Unidos.
Todo
comienza con el gobernador de Texas, un despreciable ser humano que hace unos meses
decidió enviar autobuses llenos de indocumentados a Nueva York, Washington y
Chicago bajo el pretexto que esas ciudades toleran la inmigración ilegal y donde
las autoridades limitan la cooperación con agentes federales. El personaje de marras
sostiene que su territorio está siendo invadido por inmigrantes de segunda
clase atizando el odio racial y creando un sentimiento anti latino.
El turno le
correspondió esta semana al despiadado gobernador de Florida, un estado donde
al igual que Texas, se han asentado millones de inmigrantes y que han hecho de
su trabajo un ejemplo de esfuerzo y creación de riqueza. Otro espectáculo lamentable
recogiendo hombres, mujeres y niños cansados y hambrientos en aviones hacia la
isla Martha’s Vineyard. Casi todos ellos de origen venezolano en la búsqueda de
un asilo político. La numerosa diáspora venezolana debe levantarse contra este despropósito.
Detrás de
este espectáculo mediático se esconde la necesidad de reformar el vetusto
sistema migratorio y el proceso de recibir refugiados. Las cifras muestran la realidad
de lo que está ocurriendo: el número de solicitudes de asilo ante las cortes de
inmigración subió a 156 mil frente a un poco menos de 33 mil en 2010. Los casos
pendientes de un fallo en esos estrados son cercanos a 600 mil. Si se incluyen
las órdenes de deportación, la lista de solicitudes sin resolver llega a un
millón 800 mil. Una tarea por resolver que tomará años.
Al amparo
de la Convención de las Naciones Unidas y las leyes norteamericanas todo aquel que
exprese ‘’ un temor bien fundado de ser perseguido por razones de raza,
religión, nacionalidad u opinión política’’ se le permite esperar una sentencia
de asilo dentro de los Estados Unidos y pedir una autorización de trabajo luego
de la solicitud. En gran medida lo que hoy está ocurriendo es producto de las múltiples
acciones de la administración Trump tratando de disuadir a los cientos de miles
que buscaban una petición de asilo, obligándolos a permanecer en México y el Título
42, una norma atada al Covid que impedía el ingreso de inmigrantes.
La pandemia,
los conflictos y los regímenes autoritarios son la causa para que el mundo viva
un aumento de la migración. La guardia fronteriza ha realizado casi 2 millones
de aprehensiones en lo que va del año, lo que demuestra la gravedad de la situación.
Asimismo, los jueces hacen lo que pueden ante la avalancha de casos. La
política de Cero Tolerancia respaldada por el partido republicano no es la
solución a una tragedia humanitaria que se salió de madre.
Ciertamente,
en un momento en que el público norteamericano no encuentra un consenso sobre
los valores esenciales que han unido al país en situaciones de conflicto, es
entendible que los recién llegados puede complicar la tarea de forjar un futuro
no importa su situación legal. De cualquier manera, los Estados Unidos
históricamente han sido una nación que abraza la diversidad, por cual esos
sentimientos abusivos y discriminatorios solo incitan al odio y la división.
Debieran aprender de Colombia que ha sido ejemplo al recibir cerca de 2
millones de refugiados venezolanos y los ha legalizado.
Los
inmigrantes no son una mercancía que se deja tirada para que haya unos cuantos
políticos apoyados por un partido inerme al sentido humanitario haciendo creer
que están por la legalidad y el orden. Semejantes actos de maldad quedan
gravados en la mente de los que no tienen nada distinto a mejorar sus condiciones
de vida y sus familias. Dinosaurios de la política de cañería.
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