"I was the fourth President to preside over an American troop presence in Afghanistan—two Republicans, two Democrats. I would not, and will not, pass this war onto a fifth."
‘’Fui el
cuarto presidente en disponer de presencia de tropas norteamericanas en Afgahistás,
2 republicanos, 2 demócratas. No le pasaría y no le pasaré esta guerra a un
quinto’’
Joe Biden
Afganistán es
otra aventura fallida en la historia militar y diplomática de los Estados
Unidos. Un poco menos de un billón de dólares tirados al cajón de la basura y
un golpe muy grande para el presidente Biden reconocido por su experiencia en
asuntos de política exterior. El dominó de las regiones caídas a manos de los
Talibanes no cesa, mientras se avecina una grave crisis no solo institucional
sino humanitaria. En justicia, los norteamericanos están cansados de las
guerras en esa región del mundo por su costo económico y las vidas que ha
dejado el conflicto. En la más reciente encuesta un 70 por ciento apoya el
retiro de las tropas.
La sombra
de Vietnam asoma con graves repercusiones para lo que significa abandonar un
país al que varias administraciones le apostaron en términos de entrenamiento,
equipamiento militar y protección de la sociedad civil. Como ha ocurrido antes,
la corrupción y falta de voluntad política para luchar contra los insurgentes es
una demostración de debilidad y falta de liderazgo de las fuerzas de seguridad
afganas. La velocidad con que el Talibán ha ido avanzando demuestra la
inutilidad de seguir apoyando al régimen de Kabul.
Para quienes
se oponen a la salida de las tropas lo que se viene es un retroceso en los
avances logrados de modo que se respeten los derechos de las mujeres y los
menores. Algunos mandos militares en cabeza del General HR MCMaster quien fungió
como asesor de seguridad de Trump, se muestran partidarios de los beneficios
humanitarios y de seguridad nacional para los Estados Unidos, dejando un pequeño
número de fuerzas no importa el costo económico y humano. Ese argumento lo que
hace es desconocer el fracaso militar en la larga lucha por combatir al
Taliban.
Una de las
razones para que haya un avance de esa magnitud es la influencia que la
insurgencia tiene entre amplios grupos de la población que se muestra incapaz
de luchar y ya comienza a mostrar la violencia ejercida con imágenes espantosas
de funcionarios locales asesinados e imponiendo su poder con leyes que apuntan
a los derechos de las mujeres y las niñas en particular. Algunas de las
restricciones impuestas por las milicias son el uso de burkas, barbas largas en
los hombres, la obligación de ir a las mezquitas y la prohibición de usar teléfonos
celulares. “Los ojos y oídos de los Talibanes están por todas partes’’.
Aunque el
presidente Biden había anunciado el retiro militar en septiembre, los desarrollos
recientes anticiparon la salida tanto diplomática como de las tropas para
agosto 31. Un retroceso inesperado que se traduce en el envío de 5 mil Marines
que se encargarán de evacuar al personal de la embajada y civiles afganos que
sirvieron de soporte en el pasado. En lo que se considera una de las peores
derrotas, los funcionarios que laboran en la delegación en Kabul han sido
instruidos para destruir importantes documentos y computadoras que contienen
información de inteligencia.
Biden en
consecuencia se enfrenta a una toma hostil de lo que ha sido hasta ahora uno de
los búnkeres más seguros con presencia de diplomáticos, personal de seguridad y
civiles afganos. La bandera que distingue un territorio de propiedad norteamericana
se estima pasará a manos del enemigo. Oficialmente, es calcula en 2 mil
quinientos la cifra de personal militar y otros 7 mil que hacen parte de las
fuerzas de la coalición de la OTAN.
En los 17
años de esa guerra se han desplegado más de 750 mil hombres y mujeres con un
saldo de 2 mil cuatrocientos muertos y cerca de 21 mil heridos. Desde 2009 cuando
las Naciones Unidas comenzaron a documentar las víctimas del conflicto, al
menos 100 mil civiles han sido heridos o perdido la vida.
La situación
cambiante con tanta rapidez sobre el terreno obliga a las delegaciones
diplomáticas a buscar salidas de funcionarios y personal civil en Qatar y Kuwait
como refugio temporal, algo impensable hace apenas unas semanas. El precio del
fracaso de las fuerzas afganas que durante tanto tiempo dependieron de la ayuda
militar, y económica norteamericana.
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