La Insurrección Trumpiana

 

“Every four years, we gather on these steps to carry out the orderly and peaceful transfer of power. … What truly matters is not which party controls our government, but whether our government is controlled by the people. … The Bible tells us, ‘how good and pleasant it is when God’s people live together in unity.’ We must speak our minds openly, debate our disagreements honestly, but always pursue solidarity. When America is united, America is totally unstoppable.” – President Trump, inaugural address at the Capitol, Jan. 20, 2017.

Cada cuatro años nos reunimos en estas escalas para cumplir con el proceso ordenado y pacífico de transferencia de poderes…lo que realmente importa no es cual partido controla nuestro gobierno, más bien si nuestro gobierno es controlado por la gente…La Biblia nos dice ¨que tan bueno y placentero es cuando la gente del pueblo vive en unidad. Debemos ser abiertamente sinceros, debatir nuestras diferencias honestamente, pero siempre buscando la solidaridad. Cuando América está unida. América es totalmente imparable¨. Posesión del presidente Trump en la capital, 20 de enero de 2017.

El mundo entero vio estupefacto como un hombre de mente alienada convirtió a los Estados Unidos en un ‘’ país de mierda’’ como alguna vez le dio por calificar al Tercer Mundo. En lo mismo coincidió el expresidente George W Bush, ese si decente, al llamar a ese bochornoso espectáculo algo propio de una república bananera. Este 6 de enero pasará a la historia como uno de los días más oscuros de la vida republicana. La turba enardecida e incitada por el ego maníaco pensaba que con irrumpir violentamente en el Capitolio se iba a producir una toma insurrecta.

No es sino ver la clase de individuos que participaron en la revuelta para concluir que son los mismos ‘’ cuello rojos’’ o rednecks, anglos ignorantes, racistas, irrespetuosos del status quo, anti emigrantes gracias a la retórica del hombrecito ocupante de la Casa Blanca y la prensa fascista que lo apoya. Una alucinación masiva según la cual ‘’ todo está en la biblia. Pronosticado. Donald Trump es parte de la biblia. Prepárese “. Una fusión de Trump con Jesús. Palabras de uno de los participantes de la toma de Washington. La lealtad sin límites al mesías iluminado.

Lo ocurrido es una afrenta a la democracia más antigua en el recinto sagrado del pueblo, el congreso. Terrorismo doméstico puro y simple patrocinado por los medios de la extrema derecha que sirven de culto a la personalidad de un cobarde imbuido de poder. Medios que crecen en audiencia gracias a la falsa idea de fraude, desmentida una y otra vez por las cortes, cuyos jueces en su mayoría fueron nominados por Trump con el visto bueno del congreso.

No fue suficiente la evidencia de los desórdenes para que las cadenas de televisión y medios digitales fanáticos salieran a justificar la anarquía y el desorden culpando a la izquierda, a Antifa (otro de los grupos extremistas antifascistas), al vicepresidente Pence quien ahora es llamado traidor y hasta “simpatizante comunista” y la propia policía de la capital. Cadenas de televisión como Newsmax, el ahora medio de preferencia del mandatario y los ultras, minimizaron la gravedad de los acontecimientos llamando a horda de barbaros, marchantes pacíficos.

Como ratas saltando del barco que se hunde, muchos de quienes sin reato se arrodillaron a Trump ahora pretenden darle a espalda. Oportunismo en momentos de caos y desconcierto. Desde el líder de la mayoría republicana Mitch McConnell, su esposa hasta esta semana Secretaria de Transporte, la también Secretaria de Educación y otros tantos que nunca condenaron los múltiples escándalos. A ellos les cabe toda la responsabilidad por no atajar y reprochar las penosas conductas de Trump. Su futuro es una incógnita marcada por los posibles juicios que podría enfrentar, además de lo que viene para la organización que lleva su nombre.

El legado de la presidencia Trump será visto por los historiadores como tragedia y farsa. Nada más trágico que un final manchado por la sangre de quienes pretendieron llevar a una insurrección y el rosario de mentiras a las que fue sometido el pueblo norteamericano durante los últimos 4 años. Asimismo, la credibilidad de la ciudadanía en el proceso electoral pasa por su peor momento gracias a las falacias de un fraude que nunca sucedió. Y que ironía salir perdedor con la presidencia, el senado y la cámara en manos de los demócratas.